LA
SERENIDAD DE LOS AÑOS
Los
días, los meses, los años…
nos dan
esa serenidad en los gestos,
en el
alma, en el rostro ya mayor…Serenidad
que deja su huella a través del tiempo.
Se vive
para ser feliz, para sufrir,
para
adquirir experiencias que sirven
para
dar consejos y pensar bien unos actos
que
antaño manifestemos tan impulsivamente.
Son tiempos,
espacios de momentos vividos
que quedaron
marcados en la pluma del tintero
ahora
ya seco por el tiempo pero, que siempre
se recurre
a él, cuando necesitamos manifestarnos.
Dentro
nuestro, ahí, a punto de salir se halla nuestra
musa
para hacernos ver que no vale la pena
los impulsos,
la ironía, la ira o rabia que luego
nos pueden
dañar en nosotros mismos irreparablemente.
Marisa Prunera
-Llum-